El jardin olvidado

Ya no volvimos a sonreír desde que dejamos de existir aquel día,
Reíamos, no nos importaba la guerra.
Soñábamos a ser palomas, a florecer como cualquier rosa,
Sin embargo nos dejamos llevar por las ideas de nuestras manos.
Tomábamos cualquier cosa, pensábamos que todo era,
Que todo se podía, que todo era posible,
Pero solo derramó sangre en nuestra lealtad.
Y ya no volvimos a confiar, solo obtuvimos miedo.

Desde aquel día en que el mar jamás regreso para saludarnos.
Desde que todo lo que obtuvimos fue para matarlos,
Ahora solo volvimos a llorar, ahora que arrastramos la belleza
Que nos causa melancolía cada vez que leemos viejos versos,
Tocamos recuerdos, implorando la eternidad de ellos.

Ya no importa saber donde quedamos parados.
No podemos esperar, ni estrechar los sentimientos.
Hablamos solos, y aún así no hemos podido olvidar
Que antes el mundo era papalotes y niños
De la libertad y esperanza de adolecentes,
Del el amor y el deseo de dos amantes.
De letras que buscaban el color y los ojos
Que regresan la mirada que nos dejaba descansar
En los mismos brazos de una madre.
Tan seguros de nosotros mismos,
Como de las personas a quien soliamos decir amigos.


Nos encontramos o nos perdimos en el mismo lugar
Estaticos siempre, como la flor que no marchita en una fotografía
Sin poder reconocer los nombres de quienes expresaron la felicidad.
Conformados con que solo un violín en la noche pueda encontrarnos,
Para desviarnos sobre sus melodías bailando entre las estrellas
Y sentirnos deseados por el viento y la tristeza que arroja la luna
Desapareciendo cuando se asome el amanecer.
Y así terminar la pesadilla que volvimos realidad,
Exiliados del pecado que provocamos porque También tuvimos armas.
Como los mismos enemigos que nunca perdonamos.

Como todo aquello que rechazamos por ignorancia
Y complicidad de tener algo que según nosotros nos pertenecía.
Somos los poetas muertos que exigimos cuando nacimos
La verdad inconveniente, Pero Jamás la vimos.
Solo estuvimos pintando el jardín que ahora esta olvidado,

No nos impresionan todas las paredes que existen en su hoy.
Ni las promesas que un buen futurista desea,
Nos desgana la palabra de la fortaleza.
El animo murió, luchando por una causa que ahora esta enterrado.
Nadie se preocupo después de que todo desapareció
Pisaron nuestras huellas y construyeron tontas líneas
Que solo decían nefastas coincidencias con nuestras historias.

Yo en lo particular, me retoña el sucio pensamiento
De que jamás lograrán resolver el enigma que cada músico tocó.
Ni contener el conocimiento peligroso que nos formó como personas,
Suicidándonos con la propia bala perforaba por cada descubrimiento.
Sin embargo, tampoco deseo la destrucción entre padres y hermanos.
Aunque tienen la propia culpa cargando en su espalda,
Por quemarse con el sol, tratando de cogerlo.
De que se dejen restituir, golpear por su espejo maldito.
Bombardear sus pensamientos con estupideces que nos sustituyen
Y les roba el alma, con las verdades absolutas y unánimes de ellos.

No quiero decir que somos diferentes,
al fin el pretexto es que somos imperfectos
Seres comunes, humanos al último de todo caos cometido.
Creemos que la naturaleza reside en la destrucción
Y el fin en la perforación de esas groserías.
Cometemos el error de dedo,
La inconsciencia, la falta de tiempo,
La que queríamos de regreso….
El mismo amor, la paz y el concepto,
El comienzo…

Autor: “Ismael Flores"
Fotografía: “sin titulo” de cécile
edición de fotografia: "ismael Flores"
Música: “remembrances” de itzhak Perlman y John Williams .